2018
“Moralzarzal”

Solo show at NN gallery, La Plata, Argentina


Rastros de carmín en las guaridas
Para este nuevo proyecto —que parte de la idea de ver la relación de identidades colectivas y los espacios a modo de guaridas o fuertes, donde distintos jóvenes gestan sus ideas y maneras de manifestare— partimos de la investigación de un archivo de imágenes arquetípicas de la historia y la ficción y el cruce de nuestras propias vivencias de etapas pre-adolescentes.
Así pasamos a la fase de entrevistas y práctica, nos dejamos guiar por el eco del sonido de “dientes rechinar”, así denomina Greil Marcus el sentimiento de la experiencia de un recital punk en su libro “Rastros de Carmín. Una historia secreta del siglo xx“. El eco de lo que nosotros consideramos punk o herencia de ese momento contra-cultural y los relatos de los jóvenes con los que actualmente salimos a charlar y fotografiar.
Tanto Fabro como yo, aunque en lugares separados por kilómetros y kilómetros de distancia, vivimos una infancia en periferias agrestes de grandes ciudades. En su caso los Cardales, pueblo de la provincia de Buenos Aires y en el mío Moralzarzal, pueblo de la sierra de Madrid. De allí el interés y eje de este proyecto en el que buscamos unir la idea de refugio auto gestionado, bati-cueva, fuerte medieval o café Voltaire, sitios simbólicos para la construcción de identidades colectivas y culturales. Lugares secretos donde el clima es propicio para que surjan planes de acción. En nuestro caso la cercanía al campo, a los terrenos baldíos ( el The Waste Land de T. S. Eliot) y bosquecillos nos permitió —como lo hiciera Bart Simpson con su casita del árbol— encontrar a poca distancia de nuestro hogar familiar terrenos liberados donde construir entre ramas y materiales robados de obras en construcción casuchas precarias con amigues. Ritual donde la experiencia de amistad se concentraba dando lugar al sentimiento de pertenecer a una pandilla.

Del pastiche de recuerdos y fuentes de referencia al Nuevo Moral:
Los protagonistas y habitantes que encontramos para ir generando las distintas obras fueron: Juani, ex alumno del centro polivalente de arte de San Isidro. Iris, su compañera de banda y patinadora. Marian, compañera de Iris patinadora y colaboradora del fanzine Acid drop. Y Javi, otro ex alumno del polivalente de arte de San Isidro. Byker de fixie y tatuador.
Después están: Leandro alias “barrio niebla” y Sojo alias “Contrahombre”, que son una pareja de amigos a los que apodamos “los cachorros”, ambos estudiantes y laburantes que a la noche se divierten usando máscaras de perro hechas de cuero negro, exhibiendo un fetiche desinhibido en fiestas under de la ciudad. Sorprendiendo al peatón que se los cruce cerca del kiosko de su casa como dos doberman vestidos con ropa deportiva siempre negra, con bozal y cadenas.

El modus operandi para trabajar con los grupos de chiques:
Compartimos tiempo con cada uno de ellos haciendo distintas actividades y de allí fueron saliendo ideas e imágenes para luego trasladar al terreno de la instalación en el sótano de la galería NN (en la ciudad de La Plata). Fusionamos distintos territorios y cabañas que en conjunto más que una choza estilo Bart Simpson resultan un laboratorio de seres disidentes y únicos.
Trabajamos mucho en Liniers. Dentro de un galpón del papá de Fabro, donde aprovechamos un montón de materiales de desecho, máquinas y objetos que nosotros mismos construimos, como nuevos soportes pensados para los retratos de maneras específicas. En una experiencia muy similar a la que recordábamos de la construcción de nuestras cabañas de la infancia. También llevamos y retratamos a algunos de los protagonistas de las fotos al galpón. A su vez hicimos algunos dibujos a cuatro manos en el taller y otros accesorios en textiles con las máquinas de mi abuela.
Las guaridas que construimos evocaron un conjuro en nosotros. Los recuerdos de adolescencia mezclados con las vivencias de estos chicos y chicas que hoy son los nuevos habitantes de este pueblo imaginario, que cruza Moralzarzal con Los Cardales, pero se hace universal en ese vínculo de amistades que se dan en cualquier pueblo sin tiempo. Nuestra biografía se mezcló con las biografías de los chicos que retratamos. A su vez el hecho de trabajar con máquinas familiares (la maquina de coser, las chatarras del galpón) refuerzan la idea de un vínculo que si bien no está expresado en la idea del proyecto en sí, viene aparejado desde el trabajo de partir de nuestra propia historia.

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From the pasture of memories and sources of reference to the New Moralzarzal:
The protagonists that we found to generate the different works were: Juani, a former student of the San Isidro art school. Iris, her bandmate and skater. Marian, fellow skater Iris and contributor to the Acid drop fanzine. And Javi, another former student of the San Isidro art polyvalent. Byker from fixie and tattoo artist.
Then there are: Leandro and Sojo whom we nicknamed “the puppies”, both students and laborers who at night have fun wearing black leather dog masks, displaying an uninhibited fetish at underground parties in the city. Surprising the pedestrian who crosses them near the kiosk of their house like two Dobermans dressed in always black sportswear, with muzzles and chains.

Methodology:
We shared time with each of them doing different activities and from there ideas and images came out and then transferred to the installation site in the basement of the NN gallery (in the city of La Plata). We merge different territories and cabins that together more than a Bart Simpson style hut are a laboratory of dissident and unique beings.
We work a lot at Liniers (Buenos Aires). Inside a warehouse of Fabro’s father, where we take advantage of a lot of waste materials, machines and objects that we build ourselves, as new supports designed for portraits in specific ways. In an experience very similar to the one we remembered from the construction of our childhood cabins. We also took and portrayed some of the protagonists of the photos to the shed. In turn, we made some four-hand drawings in the workshop and other accessories in textiles with my grandmother’s machines.

The lairs we built cast a spell on us. The memories of adolescence mixed with the experiences of these boys and girls who today are the new inhabitants of this imaginary town, which crosses Moralzarzal with Los Cardales, but becomes universal in that bond of friendships that occur in any town without time. Our biography was mixed with the biographies of the boys we portrayed. In turn, the fact of working with familiar machines (the sewing machine, the scraps of the shed) reinforce the idea of a bond that, although it is not expressed in the idea of the project itself, comes from the work of starting from our own story.



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︎What is it: exhibition
︎Where?: NN gallery, La Plata, Argentina.  
︎When?: 2018